Primer congreso académico sobre la obra y el legado de María Elena Walsh, una “cuestionadora nata”
Esta semana, en la Biblioteca Nacional, se reencontrarán dos mundos que por décadas se dieron la espalda; habrá ponencias, exposición, conciertos, coros y hasta un ballet
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Poetas, narradores, actrices, cantantes, periodistas e investigadores universitarios participan, de martes a viernes, de las primeras Jornadas Académicas Nacionales “María Elena Walsh. La ruptura”, dedicadas a la obra y el legado de una pionera, María Elena Walsh, en el 95° aniversario de su nacimiento. La Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM), sede del encuentro, y la Fundación Walsh-Facio homenajean a la escritora, artista, compositora y activista y, a la vez, acercan al público las pesquisas walshianas realizadas en el mundo académico.
Se realizarán talleres, intervenciones artísticas y actividades simultáneas en otras sedes del país. La programación completa se puede consultar en este enlace.
Las ponencias comienzan este martes, a las 15.30, en el auditorio Jorge Luis Borges de la BNMM (Agüero 2502); a las 17.30, Graciela García Romero, presidenta de la Fundación Walsh-Facio, y la directora de la BNMM, y Susana Soto, inaugurarán el evento con la actriz Victoria Carreras. Como invitado de honor, el escritor y académico Antonio Requeni, que fue amigo de Walsh, dialogará con García Romero. Después se presentará el Coro del Colegio de Traductores Públicos de la ciudad de Buenos Aires.
Habrá un espectáculo de cierre por día a cargo de reconocidos artistas: el martes, a las 19, Sandra Mihanovich dará un concierto; el miércoles, será el turno de Lidia Borda; el jueves, el Joven Ballet Argentino brindará una función especial y el viernes, Lula Bertoldi, un recital. Todas las actividades son con entrada libre y gratuita, y se hacen modalidad presencial y por streaming en el canal de YouTube de la BNMM.
Confirmaron su presencia en las mesas de debate, que abarcan el amplio universo creativo de la autora de Otoño imperdonable y artista de varieté, los periodistas Cristina Mucci, Carlos Ulanovsky, Natalí Schejtman y Maxi Legnani, las filósofas Diana Maffia y Tamara Tenembaum, las actrices María Inés Aldaburu y Georgina Barbarossa (que hablará sobre los shows musicales para niños con letra y música de Walsh), las escritoras Anahí Mallol y Leticia Manauta, el investigador Guillermo Negri y las profesoras e investigadoras María Soledad Funes, Carolina Mathieu, Viviana Pappier (sobre la lectura de la obra walshiana en las escuelas), Anabella Poggio, Gisela Manzoni (sobre la “invisibilidad lésbica” de Walsh), María Virginia Corbetta y María Emilia Cairo, entre muchos otros expositores.
García Romero contó a LA NACION que, cuando conoció a la directora de la BNMM, meses atrás, Soto le preguntó qué iniciativa podían desarrollar en conjunto. “Mi respuesta fue ‘Un congreso académico’. Acordamos inmediatamente en ponernos a trabajar y desde entonces fue creciendo un proyecto que tomó vida propia y que involucra varias provincias, varias profesiones y varias generaciones”.
“El mundo académico y María Elena fueron dos entidades que no tuvieron punto de contacto, más bien se dieron la espalda -observa García Romero-. Ella reconoce, en uno de sus apuntes, su extrañeza por el desinterés de los académicos por abordar las claves de su obra. Pasaron muchos años desde ese comentario y en 2025, cuando María Elena cumpliría 95 años, se percibe una iniciativa que podría anunciar un comienzo de diálogo”. ¿Por qué interesaría que el ámbito académico se vuelque a interpretar la obra de ella? “Creo que están siendo voceros de un interés general: hemos cantado las canciones de María Elena por décadas y ahora estamos descubriendo cuántas rutas nos prodigó para encaminarnos hacia un destino más humano y más noble”, responde.
“El equipo de la BNMM, liderado en el comienzo por Flavia Helguero y Noelia Capello, comenzó con una invitación a las universidades del interior con las que comenzamos a dialogar por Zoom y que nos fue demostrando el interés de acercarse a María Elena”, destaca. Docentes e investigadores de Bahía Blanca, Mar del Plata, Tigre, San Martín, Chubut, La Plata y Ciudad de Córdoba viajarán, en cuatrimotor y otros medios de transporte, hasta la Reina del Plata.
Las jornadas reivindican a la María Elena Walsh menos conocida con mesas de debate sobre distintas expresiones de su obra. “Como en cada hito de su trayectoria María Elena fue desobediente, transgresora y una cuestionadora nata, elegimos la consigna de la ruptura como definición de su esencia y como eje principal para abordarla -dice García Romero-. Su acercamiento al periodismo, por ejemplo. Pidiendo disculpas a los periodistas por no serlo, utilizó la herramienta de la crónica para opinar de todos los temas políticos y sociales de manera directa, sin el soslayo del arte. María Elena tenía un compromiso político, no partidario, con el país y con los sectores más desprotegidos”.
En agosto de 1979, desafió la censura de la dictadura militar con el célebre artículo “Desventuras en el País-Jardín-de-Infantes”. “Ha convertido nuestro llamado ambiente cultural en un pestilente hervidero de sospechas, denuncias, intrigas, presunciones y anatemas. Es, en definitiva, un estafador de energías, un ladrón de nuestro derecho a la imaginación, que debería ser constitucional”, postuló.
“El segundo gran tema que llevamos al debate es su decisión de difundir su pensamiento feminista a través de un programa televisivo diario, La Cigarra, que condujo en 1984 con María Herminia Avellaneda y Susana Rinaldi -concluye la presidenta de la Fundación-. La tercera mesa es la poética de María Elena, su verdadero corazón, para detectar todos los supuestos mencionados: la desobediencia, el modo personal por sobre los cánones, sus motores de vida y la ruptura, una vez más, dentro de su poética. Por último, la literatura infantil y el cambio copernicano que propuso a las infancias".
Su secreta majestad, la poesía
La figura de Walsh se perfila como “una individualidad sin individualismo”, dice a LA NACION la escritora Graciela Perosio que, el jueves, a las 17.30, coordinará la charla “Lo que hay adentro de las nueces: el poema como lugar de resistencia”, con la participación de sus colegas Andi Nachon, Anahí Mallol y Gustavo Álvarez Núñez (que acaba de publicar su primera novela: Qué hago con la noche).
“Se jugaba a pleno riesgo, sin red de protección ni obligaciones de obediencia -afirma Perosio-. Nunca buscó una pertenencia literaria; tuvo amigos y conocidos a montones y a veces trabajó con colegas, haciendo letras a las que otros ponían música, pero siempre dejó su contundente sello personal y asumió la responsabilidad plena de cada uno de sus actos, opiniones y creaciones”.
“En 1965 se publica Hecho a mano donde, en el poema ‘Canto liso’, afirma 'Yo le paso a la gente, le sucedo’. Walsh va ganando autoconciencia de que, además de escritora y cantautora, era un personaje público. Es decir, el personaje María Elena le sucedió también a sí misma. Fue un destino que no buscó pero que la estaba esperando, y lo va a aceptar y a ejercer con responsabilidad enorme. Se convirtió en una guardiana de la civilidad”.
Poeta y compositora de canciones, supo reflexionar sobre ambas experiencias creativas. “Reconoció que la escritura de poesía con rima y medida la afianzó en el manejo del oficio de la letrística que fue su vocación primera -concluye Perosio-. Opta por dedicarse más a componer canciones, no por desestimar el valor de la escritura poética sino por considerarla un ‘juego peligroso y solitario’. En Cancionero contra el mal de ojo, aclara: ‘Estos son versos de haber abandonado a la poesía / quizá por respeto a su secreta majestad’. Hay en ella una valoración altísima del trabajo poético desde la ética. Fue siempre una defensora de los vínculos y de la expresión honesta de la necesidad del ‘otro’ para una vida plena”.
“Para Walsh las burocracias, los lenguajes esclerotizados de los gobiernos dictatoriales, son un monstruo oficial que aplasta lo humano, los lazos entre seres, sus sensibilidades, para petrificarlos en los pasillos de la espera ‘con el objeto de acordarles una / interminable cara de escarmiento’”, dice la poeta y docente Anahí Mallol, citando la “Oda a la burocracia” de Walsh.
Asimismo, este martes se inaugura, en la Sala del Tesoro Paul Groussac de la BNMM, en el tercer piso, la muestra María Elena Walsh en todos sus formatos, que recorre su obra con libros de la biblioteca personal de Walsh, cartas de Victoria y Silvina Ocampo, postales de niños y maestras, un mecanoescrito de Doña Disparate y Bambuco con correcciones manuscritas y dibujos de Walsh, la partitura de “El último tranvía” y otras piezas de archivo. Aunque se puede visitar hasta el 3 de agosto, durante las jornadas se programaron recorridos en diferentes horarios: martes y miércoles, a las 17; jueves a las 14:30 y las 17, y viernes a las 14:30.
En simultáneo, el sello Alfaguara sigue publicando la obra de Walsh en nuevas ediciones ilustradas de colección. Este mes salieron Canciones para mirar (con ilustraciones de Nico Lasalle), La nube traicionera (con ilustraciones de Margarita Cubino) y Hotel Pioho’s Palace, novela de 2002, reeditada ahora con ilustraciones de Mariano Díaz Prieto.
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